Comienza el día.
El sol asoma por mi ventana. Me levanto,
desayuno, asumo mis tareas cotidianas.
Preparo los detalles que van a hacer de mi
día, un día sencillo o complicado, pero me organizo: ¿porque es lo correcto?
¿porque lo necesito? ¿o simplemente porque así lo padezco? No lo sé aún...
Enero asoma a mi vida, llega pidiendo
permiso y buscando a mi voluntad que se contagie de rimas y vuelva al caudal de
palabras que brotan con fluidez de mi mente.
Busca ese recorrido habitual que hace la emoción por mi alma, cuerpo, mente para desembocar en mis manos siempre activas.
Busca ese recorrido habitual que hace la emoción por mi alma, cuerpo, mente para desembocar en mis manos siempre activas.
Calculo que es la misma secuencia de vida
que vengo padeciendo desde mi despertar.
Supongo que siempre es primitiva, mi
esencia de crear.
Así que vamos por papel,
lápiz y a dejar suelta la calamidad, que la soledad, necesita dejarse acompañar...
Verónica Haluk Prohibida su reproducción parcial o total
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