Con una excusa infantil y guardando recelo de las palabras.
Sin escapatoria posible, sin más estimulo que nuestras miradas,
para que cuando toques mi pelo, recuerdes que es a ti,
a quien mi corazón ama.
Pero dejemos que las caricias regresen a mi espalda
y que tus manos sean primitivas y descubran una a una
las escamas de mi alma,
que tengo toda la miseria contenida
que cuando susurro tu nombre
mi voz se envuelve en llamas
y aun sometiendo al recuerdo,
elijo tu calma... Verónica Haluk Prohibida su reproducción parcial o total sin permiso de la autora.
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La noche debilita corazones... Ismael Serrano
Los besos que perdí, por no saber decir: "te necesito"... Joaquín Sabina
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"Solo me importa amarte..."
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