Una verdad vista desde distintas veredas:
era dócil mi amor y brutal mi pasión...
Es difícil hacerlo ver distinto porque conlleva una urgencia;
era dócil mi amor y brutal mi pasión...
Es difícil hacerlo ver distinto porque conlleva una urgencia;
un estar sin estar, un suspiro contenido
en el silencio más extremo,
sin palabras que enreden la razón.
Es una inquisición mental que sobrevaloro
el estado de mi corazón,
ese estado no prematuro
sino más bien, concreto y certero;
me enamore sin ver nada más después.
Entonces...
Siéntate. Toma un momento en silencio.
Mira a tu alrededor.
Si... mira... mírame una vez más
que aprendí a elegir mis propios vicios y
tengo vergüenza,
que la vida cuenta como los cerrojos del
corazón
quedan abiertos y a la intemperie,
como se acerca el viento y acaricia
nuestro pelo...
Porque quiero verte sonreír, aunque sea en
secreto.
Quiero. Quiero un último beso…
Verónica Haluk Prohibida su reproducción parcial o total sin permiso de la
autora.
Copyright 2015 © Todos los derechos reservados
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Usted sabe...
5 comentarios:
¡Guau! Es increíble, en especial el final, ese último beso que ansías..
Me gustó mucho.
Desgarrando la garganta en http://albordedetucama.blogspot.com.es/
M.
M.
Gracias nuevamente por pasar y por tus palabras.
Siempre se ansía ese último beso, mirada, roce... no?
Un beso.
Es tan cierto, Veronica, cuando una reconoce lo malo y nos da verguenza lo hecho.
Me encantó esta poema-relato? se nota un cambio en vos y me gusta.
Cariños linda!
Elena
Ese último beso...
Que dulce tentación, no?
Me gustó!
Blanca
Elena:
El poder reconocer y enfrentarnos a nuestros "malos vicios" es señal de madurez.
Gracias por pasar y por tus palabras.
Blanca:
La tentación, siempre es dulce.
Gracias por tu visita.
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