Cuando cada una de mis preguntas se amontonan en mi mente con la firme desición de que si no concreto alguna aclaración, pronto romperán en mi pecho.
Es que en más de una ocasión te veo parada a mi izquierda mordiendo mis miedos, como gritando que este temor tarde o temprano, se lo comerá tu insaciable tormenta de amor.
Y camino a ciegas -sé que no veo nada más que tus destellos-
Y mi boca se sella de silencio, mientras que mis manos diagraman esos dibujos que mi piel sustenta y reclama con vehemencia, para que tus cercanías corporales, me tengan en cuenta.
Veronika Del Mar 27/02/11
Puede que el amor verdadero se haya roto,
pero podemos tratar de conseguirlo con los trozos que quedan... Federico García Lorca
Me perdí apenas te vi,
siempre me hiciste
como quisiste... Thalia
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